Son ejemplares únicos, fuertes y muy bellos, pero lo más importante, sin ellos el polo no tendría sentido. El motor de este deporte es el caballo, pero no cualquiera, sino el caballo de polo. Son animales criados exprofeso para disputar competiciones al más alto nivel y que tienen unas características físicas especiales, tales como unas patas largas, anchas y musculosas, un cuello también largo y elegante, cabeza proporcionada con quijadas curvas y separadas, orejas medianas y finas, un hocico delicado y unos ojos claros y brillantes.
Todo en conjunto permite a los mejores ejemplares alcanzar los 60 kilómetros por hora cuando corren a galope tendido cruzando las canchas de polo. Estos caballos se caracterizan por tener mucha velocidad en la salida, gran agilidad y resistencia, elementos imprescindibles para un deporte tan rápido y explosivo como el polo. Cada verano, los mejores caballos de esta modalidad se reúnen en las instalaciones del Santa María Polo Club, en Sotogrande, para disputar el Torneo Internacional de Polo.
El Club cuenta con las instalaciones hípicas y cuadras de Puente de Hierro para la estancia de estos animales durante el evento deportivo del verano así como todo el año, con 160 boxes. ¿Pero qué cuidados reciben estos ejemplares? Desde primera hora de la mañana y durante todo el día están bajo la supervisión de los petiseros o cuidadores. La jornada comienza con un pienso equilibrado, cepillado y revisión de la musculatura. A continuación llega el turno del ejercicio, con horas de paseos y trotes. Tras los días de partido todo se centra en el descanso y en la recuperación.
Si bien esta raza tiene su origen en Argentina, cada vez tiene más presencia en Andalucía gracias a la creciente afición que genera el polo. La cría de caballos de polo en España ha estado impulsada por los propios criadores, y con los mejores resultados, puesto que en el Abierto Argentino ya hay ejemplares españoles jugando al más alto nivel. Para ello es imprescindible el papel de la Asociación Española de Criadores de Caballos de Polo, que certifica su procedencia, y que actualmente tiene 19 ganaderías registradas. Todos aúnan fuerzas para llevar estos ejemplares a lo más alto.
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